jueves, 10 de diciembre de 2015

El baile del caño sin tabú

Hasta hace no mucho tiempo, el baile del caño era sinónimo de cabaret: música de striptease, olor a alcohol y cigarrillo, mujeres semidesnudas trepándose, abriendo las piernas y frotándose para otros. Mientras esa imagen se multiplicaba escoltada por el “Bailando por un sueño”, muchos atletas del mundo veían en el caño otra cosa: una barra vertical que podía ser usada por gimnastas para hacer acrobacias. Así fue que nació el Pole Sport y comenzó a profesionalizarse, tanto que ya hay tratativas para que se convierta en un deporte olímpico.

“Venimos trabajando hace tiempo para quitarle el tabú y la connotación sexual al baile del caño y que se lo asocie más a lo deportivo. De hecho, el reglamento que creó la Federación Internacional (con sede en Londres) para regular las competencias es muy exigente en ese sentido: no se puede usar zapatos, no te podés quitar prendas, el cabello debe estar recogido y no puede haber transparencias en el vestuario ni nada que insinúe”, cuenta Victoria Ramé, una cordobesa de 26 años que en julio del año pasado ganó el segundo puesto en el Campeonato Mundial de Londres.
A medida que los atletas comenzaron a entrenar Pole Sport de 4 a 6 horas diarias e incorporaron técnicas de danza, de entrenamiento físico, de expresión y de elongación, el baile comenzó a profesionalizarse. Y hace tres años, la Federación Internacional creó un reglamento con exigencias, parámetros, estándares y un sistema de puntuación para regular las competencias. El objetivo es que todos los países tengan un torneo que use este mismo reglamento y este sistema de puntuación unificado y tenga jueces capacitados, todos requisitos para convertirse en deporte olímpico.
Nos cuenta sobre lo que sucedió en el Championship del año pasado. “Vinieron de Londres a capacitar a los jueces, el objetivo es que el atleta que gane sea el más completo y el que más estratégicamente haya montado su rutina”, dice Jess Wajner, de 28 años, entrenadora y presidenta de la Federación Argentina. Tanto ella como Victoria entrenan y viajan a competir a pulmón: no hay, todavía, sponsors que apoyen su trabajo. Los viajes se los pagan dando clases a otros atletas.
“En cada categoría (hay Infantiles, Juveniles, Adultos y Mayores de 40) hay 6 jurados capacitados. Uno dedicado exclusivamente a las deducciones técnicas, es decir, a descontar puntos por arreglarte el traje, trastabillar o secarte las manos, por ejemplo. Otro dedicado a los trucos obligatorios, por ejemplo, una subida aérea sin impulso. Otro a las bonificaciones técnicas, es decir, a los puntos extras que se otorgan por combinar secuencias explosivas, trucos difíciles, por combinar la barra giratoria y la fija o por hacer mortales desde el pole hasta el piso. Además, hay un jurado artístico y coreográfico que evalúa la expresión y la coherencia de la coreografía, la música elegida y el uso del escenario, entre otros”, agrega Jess.

Publicado por Diario Clarín. 05/10/14